Las flores y el despertar de la curación.
El trabajo de Ferrando, que fue elaborado a través de un largo proceso de investigación, trabaja con nueve tipos de personalidades florales.
Los efectos y personalidad de cada flor fueron investigados en grupos de 20 personas que incluían médicos, psicólogos y terapeutas.
Según Ferrando, si bien somos únicos, compartimos mucho con los demás seres humanos. “Es probable que personas de rasgos similares tengan respuestas a la vida similares. Es probable que el comportamiento que lleve a la salud o a la enfermedad sea parecido. Así podemos categorizar a las personas según rasgos comunes de personalidad”, explica.
[pexcarousel pex_attr_cat=»55″ pex_attr_spacing=»true» pex_attr_orderby=»menu_order» pex_attr_order=»ASC» pex_attr_lightbox_type=»single» pex_attr_inner=»true»][/pexcarousel]
Básicamente nuestra personalidad nos brinda un ropaje con el cual nos presentamos al mundo. Si logramos identificarnos con una flor, ésta nos puede ayudar a alcanzar el equilibrio. “Las flores nos permiten contactar con nuestras heridas, aceptándolas e integrándolas a nuestra realidad interior. De esta forma asistimos a la expansión del yo creativo”, explica Ferrando.
Cada flor tiene sus características, sus aspectos defensivos y sus aspectos creativos. Lo más común es que cada persona encuentre en sí misma características de varias personalidades.
El sistema terapéutico actúa sobre la mente y el cuerpo, mejora el sistema inmunológico y fortalece la energía vital. Despierta la fuerza de curación que existe en todo ser humano. Cuando nos identificamos mucho con los defectos de la personalidad de una flor estamos alejados de nuestro centro. El trabajo de estas esencias florales es ayudarnos a centrarnos nuevamente para vivir integrados y avanzar en nuestro proceso de vida.